lunes, 21 de septiembre de 2009


FELIZ PRIMAVERA
Una historia de primavera:
El rapto de Perséfone


Desde los tiempos más remotos, el hombre, cuando no puede comprender el mundo externo que lo rodea, crea representaciones míticas. Así, la humanidad ha llegado ha mitificar desde la salida y la puesta del sol hasta los fenómenos atmosféricos, el crecimiento de las plantas, el nacimiento y la muerte. La primavera es la estación del renacimiento... así lo entendieron la gran mayoría de las religiones antiguas y, a partir de ello, levantaron muchos de sus mitos. En este contexto, la primavera es vista como lo muerto que renace. Una vez más ocurre el milagro: de los arboles deshojados renacen nuevos brotes y, una vez más, hay cosecha, es decir, vida.

Mahoma decía: "No hay gota en los mares, ni fruto en los árboles, ni planta en la tierra que no tenga en cada semilla un ángel que cuide de ella". La naturaleza está entonces ligada a lo sagrado y protegida por los guardianes de dios para que al hombre no le falte el sustento. Para algunos pueblos eslavos y escandinavos, por ejemplo, los templos consagrados a sus dioses eran bosques, lagos y árboles sagrados, pero todos celebraban festivales que podían durar semanas porque para todos los pueblos la primavera siempre era algo festivo.

Las diosas Démeter(1) y Perséfone(2) representaban para los pueblos de la antigüedad los poderes de la naturaleza, su transformación y la emergencia cíclica. En la antigua Grecia, el primer día de la primavera era el día en que Perséfone(2), prisionera bajo tierra durante seis meses, volvía al regazo de Deméter(1), su madre.


Cuenta Homero que en el sureste de Europa hubo un tiempo en el que reinaba la eterna primavera. La hierba siempre era verde y espesa y las flores nunca marchitaban. No existía el invierno, ni la tierra yerma, ni el hambre. La artífice de tanta maravilla era Démeter(1), la cuarta esposa de Zeus(3). De este matrimonio nació Core, luego llamada Perséfone(2). Se trataba de una hermosa joven adorada por su madre que solía acercarse a un campo repleto de flores a jugar. Un día, pasó por allí el terrible Hades(4) con su temible carro tirado por caballos. Se encandiló con Perséfone(2) y la raptó para llevarla al subsuelo, su territorio. Deméter(1), al no encontrar a su hija y con una antorchas en cada mano, emprendió una peregrinación de nueve días y nueve noches. Al décimo día el Sol, que todo lo ve, se atrevió a confesarle quién se había llevado a su hija. Irritada por la ofensa, Démeter(1) decidió abandonar sus funciones y el Olimpo. Vivió y viajó por la tierra. Esta se quedó desolada y sin ningún fruto ya que, privada de su mano fecunda, se seca y las plantas no crecen. Ante este desastre Zeus(3) se
vio obligado a intervenir pero no pudo devolverle la hija a su madre. Es que Perséfone(2) ya había probado el fruto de los infiernos (la granada) y por eso le era imposible abandonar las profundidades y regresar al mundo de los vivos. Sin embargo, se pudo llegar a un acuerdo: una parte del año Perséfone(2) lo pasaría con su esposo y, la otra parte, con su madre.

Lo que este mito indica es que cuando Perséfone(2) regresa con su madre, Démeter(1) muestra su alegría haciendo reverdecer la tierra, con flores y frutos. Por el contrario, cuando la joven desciende al subterráneo, el descontento de su madre se demuestra en la tristeza del otoño y el invierno. Así se renueva anualmente el ciclo de las estaciones y así explicaban los griegos la sucesión de ellas: el otoño y el invierno son tristes y oscuros como el corazón de Deméter(1) al estar separada de su hija. La alegría y la serenidad retornan cuando vuelve con ella, es decir, cuando comienza la primavera.

Referencias: Los dioses y sus símbolos

(1) Deméter
Diosa de la fecundidad de los campos, la Madre Tierra, diosa del trigo, que proporciona el pan. En la mitología latina es Ceres, que está representada como una digna matrona que porta dos antorchas, símbolo de nacimiento y de luz.
(2) Perséfone
Representa a la primavera. Para los romanos era Proserpina.
(3) Zeus
Padre de los dioses, dueño y señor del cielo.
(4) Hades
Dios de los infiernos que rige en el Tártaro o Mundo de los Muertos.



21 DE SETIEMBRE
EL ESTUDIANTE
Es cortés y muy galante,
educado por demás,
en su escala de valores
lo primero es estudiar.

Muy correcto en sus modales,
moderado al criticar,
nunca se copia de nadie
y a nadie deja copiar.

Es el estudiante. Estudiante de verdad.
Es el estudiante. El ejemplo universal.
Y los estudiantes te queremos saludar,
entonando esta canción
con orgullo y con pasión.
¡Estudiantes, estudiantes: a estudiar!

En historia es el primero,
en latín es el mejor.
Él va a clase aunque haya huelga
y entretiene al director.
Sus amigos lo idolatran,
lo quieren embalsamar
para hacer un monumento
al estudiante ideal.

Es el estudiante. Estudiante de verdad.
Es el estudiante. El ejemplo universal.
Y los estudiantes te queremos saludar,
entonando esta canción
con orgullo y con pasión
¡Estudiantes, estudiantes: a estudiar!

Alumnos de sexto grado
la carrera terminó.
Las aulas están vacías,
vacío mi corazón.
Nos saluda la maestra,
nos saluda el director -Adiós-.

Es el estudiante. Estudiante de verdad.
Es el estudiante. El ejemplo universal.
Y los estudiantes te queremos saludar,
entonando esta canción.
Con orgullo y con pasión
¡Estudiantes, estudiantes: a estudiar!

Los Twist



martes, 15 de septiembre de 2009

MARTIN FIERRO

Martín Fierro es un poema narrativo de José Hernández, obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco en Argentina y Uruguay. Se publicó en 1872 con el título El Gaucho Martín Fierro, y su continuación, La vuelta de Martín Fierro, apareció en 1879.


Portada del libroNarra el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho. El poema es, en parte, una protesta en contra de las tendencias europeas y modernas del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento.

Aquí me pongo a cantar,

al compás de la vigüela
que al hombre que lo desvela
una pena estrordinaria,
como el ave solitaria


con el cantar se consuela.

José Hernández, primera estrofa del Martín Fierro.
Leopoldo Lugones, en su obra literaria El payador calificó a este poema como "el libro nacional de los argentinos" y reconoció al gaucho su calidad de genuino representante del país, emblema de la argentinidad. Para Ricardo Rojas representaba el clásico argentino por antonomasia. El gaucho dejaba de ser un hombre "fuera de la ley" para convertirse en héroe nacional. Leopoldo Marechal, en un ensayo titulado Simbolismos del "Martín Fierro" le buscó una clave alegórica. José María Rosa vio en el "Martín Fierro" una interpretación de la historia argentina.

Este libro ha aparecido literalmente en cientos de ediciones y fue traducido a más de 70 idiomas. La última fue al Quichua, tras nueve años de trabajo, por Don Sixto Palavecino y Gabriel Conti.


Argumento
En El Gaucho Martin Fierro, el protagonista es un gaucho reclutado para servir en un fortín, defendiendo la frontera argentina contra los indígenas. Su vida de pobreza en las pampas es – algo muy frecuente en la literatura de la época – romantizada; sus experiencias militares no lo son. Después Fierro se convierte en un fugitivo perseguido por la policía. Estando en batalla contra ellos, consigue un compañero: el Sargento Cruz, que inspirado por la valentía de Fierro se une a él en medio de una batalla. Ambos se ponen en camino para vivir entre los indios, esperando encontrar allí una vida mejor. Así, concluyendo en que es mejor vivir con los salvajes que en lo que la 'civilización' les preparaba, termina la primera parte publicada en 1872 con el título El gaucho Martín Fierro.

http://www.youtube.com/watch?v=fDXNeiVn33k

lunes, 7 de septiembre de 2009

SOR JUANA INES DE LA CRUZ


REDONDILLAS

Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?

Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.

Sor Juana Inés de la Cruz

video sobre Sor Juana

martes, 1 de septiembre de 2009

Acentuación

Acentuación
Reglas Ortográficas
En español, a diferencia de otras lenguas -el inglés, por ejemplo- existe además del acento fonético, el acento ortográfico. El acento fonético tiene que ver con la pronunciación de las palabras, pero el acento ortográfico, corresponde a la escritura de las mismas.
El acento es la mayor fuerza o intensidad con que pronunciamos una sílaba de la palabra.
La tilde o acento ortográfico es una rayita que se coloca sobre la vocal de la sílaba tónica de algunas palabras para señalar donde va el acento.
La sílaba que lleva el acento se llama tónica; las demás son sílabas átonas.
•Palabras agudas son las que tienen la sílaba tónica en último lugar. Llevan tilde si terminan en vocal, en n o en s. Ejemplo: cantor, reloj, camión, león, marqués, razón.
Excepciones:
a)Las palabras monosílabas no llevan tilde (todas son agudas), porque en ellas no es preciso señalar en qué sílaba recae la mayor intensidad: vas, pie, fui, vi, etc. En algunas palabras, sobre todo monosílabas, se utiliza la llamada tilde diacrítica.
b)Las palabras agudas terminadas en -n o en -s precedida por cualquier otra consonante, incluida la n, no llevan tilde: Orleans, robots, tictacs, zigzags, ballets.
c)Las palabras agudas terminadas en -y (diptongos o triptongos) no llevan tilde: estoy, convoy, Godoy.